La edad vs. Anime
Hay una pregunta que me lanzaron por ask.fm cuyo trasfondo me pareció interesante: ¿Tú crees que eso de ver anime se quede contigo o es que los animes ya esta perdiendo, por así decirlo, “esencia“? En este sentido, ¿Crees que ver anime se quede contigo por un gran tiempo en tu vida o crees que mientras vayas creciendo el interés se irá perdiendo? (Editado por mí). En cierta medida es una pregunta que trae a colación un tema más grande y que genera de una manera u otra cierta incomodidad por parte de aquellos que se empiezan a considerar demasiado “grandes”/”viejos” para ver “dibujos animados”, especialmente para aquellas personas que ven “dibujitos chinos“. Es así que quisiera hablar un poco del tema y traerles una de esas entradas que les gusta, de opinión sobre temas random. Voy dividir mi comentario en dos parte:
- Hablar sobre el trasfondo social que involucra que madurez se vuelva antónimo de “ver dibujos animados”. Traumas, normas sociales y el sentido común que se maneja en estos casos.
- Hablar un poco sobre las etapas de la vida asociadas al anime. Especialmente enfocarme en mi experiencia con la industria y la perspectiva que tengo de mi vida relacionada al anime, lo que busco.
Advertencia: Como siempre les recalco que este es un pequeño artículo que solo abarca MI concepción de la realidad. Es básicamente sentido común acompañado por experiencias personales. En otras palabras, una opinión de las miles que hay sobre el tema. Puedes estar de acuerdo conmigo, puedes no estarlo, cualquiera de las opciones está bien. Esta publicación de opinión personal no pretende ser un documento académico o la verdad absoluta, así que gracias por su atención.
I. Traumas everywhere: La sociedad nos condena
Aparte del evidente trauma que tienen varias personas que ven anime, las cuales ocultan este hobby como si se tratara de un pecado mortal que hará que la sociedad les haga un bullying despiadado que los llevará al inminente suicidio, existe también una pregunta que llega a atormentar a todos aquellos amantes de la animación que se se encuentran rozando la base dos (Mayores de 20), y que se va acrecentando conforme pasan los años:
Esta ES una pregunta válida y que hasta yo misma me he hecho en algún momento de mi vida. La respuesta parece simple, y para mí en realidad si lo es :Probablemente nunca deje de ver anime (y animación en general, cartoons, películas animadas,etc.), sin importar que tan vieja esté. Soy de las personas que terminará viendo alguno que otro anime con sus hijos, viendo lo nuevo en la industria en mis ratos de ocio sin tratar nunca de ocultarlo, por que nada tiene de malo. Un hobby que nunca me dejará y que compartiré con mis otras pasiones (la lectura, el cine, el crochet, viajar, etc), mi vida laboral, académica y personal. ٩(๑❛ᴗ❛๑)۶ ¿Por qué tendría que cambiar o dejar de ver anime?
Seamos sinceros, la madurez y el anime son vistos como el agua y al aceite, dos elementos que no se combinan, que se repelen y que cualquier acto que los junte en una misma frase resulte contranatura, mal visto y cuestionado por la mayoría. Hablando desde occidente tenemos que ser conscientes de un lamentable hecho: La animación es inevitablemente puesta como sinónimos de “dibujos”, que a su vez es vista como sinónimo de “cosa de niños”. Si ha esto le sumamos el termino anime, o en su defecto “dibujitos chinos”, entonces tendremos la combinación perfecta para el desprecio. Lamentablemente, y cogiendo la “cultura otaku latinoamericana” (por llamarla de algún modo, ya que me incomoda llamarla “cultura otaku”) como ejemplo, dado que la he vivido en carne propia, chicos, a veces hasta yo siento vergüenza ajena y entiendo cómo es que ver anime se satanizó tanto en nuestra sociedad. Pero, bueno, no hablaré de este tema, que deriva en mi “odio” al mundo otaku (al “otaku” occidental) y que podría ser el tema de otro post.
Por un lado tenemos la eterna asociación del término a un mundo infantil, series dirigidas a los más pequeños del hogar, mientras por otra parte tenemos la asociación a un grupo de personas que están estigmatizadas por un comportamiento extravagante o por una serie de estereotipos que se asocian con una cultura otaku-nerd-friki-gamer (la gente las confunde, pese a que son diferentes en si mismas) que está mal vista. Para poner un ejemplo didáctico quiero mostrar el ridículo programa de nuestra querida Señorita Laura. Es gracioso (a mí me causa más risa que molesta, de verdad), pero en realidad así es como en el imaginario popular se ve a este grupo de gente.
En este sentido, entiendo el trauma generalizado de varias personas de siquiera admitir que les gusta el anime. La desinformación que existe con respecto al tema, las asociaciones que se dan por diversos estereotipos creados a lo largo de los años y el sentido común en donde la animación está irremediablemente asociada a la infancia, son algunas de las variables que hacen que el término MADUREZ y ANIME no se asocien en una misma oración. A esto podemos sumarle también el gran problema de la industria y de lo mainstream para el público objetivo (13-19 años). La gran mayoría de animes, esos que gozan de grande popularidad y de ejércitos de fanboys-fangirls son, en la mayoría de casos, series que no se caracterizan por su madurez o mensaje trascendental. El problema de lo popular es que normalmente no suele ser bueno, y es de esa manera que lo que se muestra como distintivo de la industria NO llega a ser ni la mitad de bueno que varias joyas poco conocidas que logran marcar hitos, no solo en la historia de la industria de animación japonesa, sino en la historia de la creación de ficción en general.
De esta manera, muchas de las historias en el anime no solo han inspirado historias de culto (Es bien sabido que Matrix se inspira en Ghost in the Shell, solo por poner el ejemplo más popular que existe), sino que proponen tramas con alto contenido filosófico, mensajes de vida y propuestas sociales o psicológicas que pueden revolucionar tu forma de entender el mundo, logrando algo que lamentablemente pasa muy poco en el mundo del entretenimiento, “hacerte pensar“. Son poco conocidas, y por ende, no suelen relacionarse comúnmente con una industria que tiene como máximos representantes a un grupo de chicas tetonas, a personajes shounen como Naruto o animes de los noventas, como Dragon Ball. Sin desmerecer a los dos último, pero admitamos que en términos de sustancia existen animes mucho mejores.
[El siguiente video me encanta, y para todos aquellos que tengan la oportunidad de entenderlo, creo que expone de manera sintetizada varios puntos importantes sobre el tema. Su inglés es súper claro por cierto. El título es “¿Por qué el anime es importante?”]
Lo triste de la historia del anime, y por lo cual el conflicto de madurez se acrecienta es que cuando hablamos de animación japonesa los referentes que saltan a la vista son Naruto, Bleach, Dragon Ball, entre otros. No son animes malos, considerando que Dragon Ball es toda una obra de culto o que pese a todo, Naruto tuvo sus momentos (aunque la misma industria echó a perder el anime haciéndolo un culebrón interminable y ya con poco sentido). Es cierto que muchos tienen mensajes muy buenos, pero dentro de toda su sobre-exposición estos se pierden en el olvido. Son, además, animes que están dirigidos para gente muy joven que todavía se encuentran en un proceso de maduración, de aprendizaje, de conformación de sus gustos y con poca experiencia de vida (en su mayoría, no quiero generalizar). De esta manera, cae el peso de la gran masa poblacional a la que suele estar dirigido el anime y que mueve a la industria (De 13 a 19 años de edad), mostrando esta las tendencias hacia una clase de animes e historias específicas (Muñequitos coloridos peleando con poderes irreales y venciendo malos, alguna que otra broma sexual-fanservice y un fandom que a veces puede dar vergüenza ajena..
Muchas de las personas que dicen ser admiradores de la animación japonesa solo tienen de referente un puñado de series que, díganse verdades, no es tal vez lo mejor que esta industria tiene para ofrecer. Con esto las conversaciones de discusión se transforman en pláticas de:
“¿Qué malo saldrá en el siguiente arco? o ¿Quién será el objetivo del malo? / ¿Crees que Periquito pueda vencer al malo y obtener un nuevo poder?/¿Al final Sultanita se quedará con Periquito? ¿Si no es con él, con quién se quedará? / ¿Qué te pareció la batalla de este episodio, todos se dieron de madre? / ¿Qué te pareció el gore? / ¿Y la censura? / ¿Qué par de buenas tetas tiene la protagonista? ¿Cuál de todas las chicas del harem es la mejor waifu? ¿A cuál de ellas le darías/ ¿No crees que esto dos personajes son perfectos para el slash?” … y podría seguir con un montón de temas insustanciales que podrían considerar niñerías.
Hay una etapa en la que esta es la que la gente se apropia de la historia de manera particular, en la que mayormente se ve al anime comoentretenimiento puro (cosa que no es malo dado la etapa de vida en la que se encuentran). ¿Qué tiene de malo ver anime por entretenimiento? ¿El anime no está hecho para ello?
II. Etapas generacionales- Evolución de gustos
Mucho se habla de la evolución de gustos, de la maduración de los mismos. Creo que es un elemento principal cuando hablamos de la forma en que vamos avanzando en nuestra conformación como personas, y en cómo vamos apropiándonos de las diferentes enseñanzas que este mundo nos va a ir ofreciendo en todas las variedades de medios que existen. Hay varias formas de ocupar nuestros tiempos de ocio, el mundo del entretenimiento es muy amplio y tenemos grandes industrias como la del cine, la literatura, el teatro, la música, o por ejemplo, el anime. Cada uno de nosotros encontramos el anime en una parte de nuestras vidas diferente y nos metimos en él por una serie de motivos particulares. No es un secreto que la gran mayoría de personas que entran al mundo del anime y las cuales participan activamente son jóvenes (13- 19) que encontraron en este una manera de pasar el rato. Es un hecho que este es el público objetivo de la industria, extendiéndose hasta más o menos los 25 años. No es sorpresa que los géneros demográficos con más adaptaciones sean el shounen y el shoujo.
Sin embargo, quiero hablar de dos etapas en la vida de alguien que ve animes, las cuales relacionaré con la edad y con mi propia experiencia personal para explicarles un poco de la evolución o maduración que creo pueden darse en un amante de la industria y que explican por qué no creo que el crecer sea un factor primordial para dejar el anime, decirle adiós, y seguir con tu vida.
A) Anime=Entretenimiento. Cuando recién comienzas a ver anime entras en un mundo nuevo. Todo es un nuevo descubrimiento, todo es original-novedoso, entras con el único pensamiento de pasar el rato con la historia, “Veo el anime para pasar un buen rato y entretenerme“. Cuando uno está en el colegio tienes tanto tiempo libre (solo que en ese momento no lo pensamos así), encontrar el anime en esa época de tu vida es lo común. Normalmente entras con series mainstream, de las que se suele recomendar en todos lados o con aquellas que salieron en señal abierta en varios de nuestros países. Varios que se interesaron por el tema gracias a la globalización y al poder del internet, lograron acceder a una industria que tenía millones de historias que ofrecer. Es de esa manera que se tropezaron con algunas preguntas
En esta edad solo buscas entretenerte, ver momentos épicos, gente peleando con súper poderes alucinantes, momentos dramáticos que se mezclen con gente dándose de alma, a veces algo de gore por aquí, series de romance de secundaria que destilan ternura (aunque también romances irreales) o ver a mujeres/hombres semi-desnudos en escenas sexuales (fanservice) porque vamos, las hormonas de la juventud te lo piden. El anime en esta etapa es entretenimiento puro y no es de sorprender que muchos crean que por ello este debería solo ser visto sin ser criticado. Uno ve lo que las mayorías dictan y no piensa mucho en la complejidad del material, no lo cuestiona demasiado y lo ve desde los ojos de un niño-joven de 15-19 años, cosa que es totalmente adecuada dada a que eso es lo que eres. No tienes guía al respecto, y en realidad no tienes por qué tenerla. Es una etapa de la vida de conformación de tu ser, es una época de cambio y donde tu principal preocupación no es debatir el problema filosófico del anime que vez con tus compañeros (si lo haces, buscar información en la biblioteca y foros de opinión especializada, pues eres uno en un millón). Yo no lo hacía.
En esta época andas en un mundo de colores, nuevo, fascinante, que te entretiene. Y hay animes para ti, con los temas que estas buscando y que te entretienen. Hablas con tus amigos del último episodio de Naruto, le cuentas a la gente quién murió en el último episodio de Shingeki no Kyojin, discutes tu máxima preocupación de con quién de los dos se quedará la protagonista al final de la serie o discutes la última adaptación de la típica novela ligera cliché sin aburrirte todavía. Puedes ver animes con contenido filosófico muy bueno, pero probablemente no llegues a aprehenderlo, no captes todas las referencias bibliográficas que tiene o el fin último del autor. Cosa que no es mala, pues puedes solo buscar entretenerte y es propio de la edad.
Un ejemplo: Death Note. Muchos pueden haber estado muy entretenidos con su historia, haber disfrutado de ella y recomendarla siempre que alguien pide un buen anime. Sin embargo, el dilema ético que plantea el anime es mucho más interesante y poder entrar en el debate, hacerse uno mismos preguntas de lo que significaría tener un cuaderno en donde al escribir un nombre en él esta persona muera. Tener el poder de disponer de vidas, de tener monopolio de la violencia. ¿Qué implica esto? ¿Qué se ha dicho al respecto? ¿Qué debate ético se gesta en el anime y qué otros autores pueden ayudarnos a concebir mejor el tema? ¿Qué sacamos de la historia? La trama detectivesca, ver Shinjigamis, gothic lolitas, saber si capturarán a Light, son decoración para el núcleo de un postulado que mueve la historia y que la ha convertido en motivos de debate. Podemos discutir de cómo se lleva la historia, pero creo que dentro de todo el núcleo del anime es maravilloso, su propuesta es lo que lo hace especial.
Pero ¿Cuántas personas verdaderamente tratan de apropiarse de la historia de esta manera? No digo que esta sea la manera correcta de ver la serie, que si no te haces estas preguntas eres un loser. Pero es interesante cómo te puedes ir apropiando de una historia como esta en diferentes partes de tu vida. Ver Death Note a mis 17 años fue una experiencia diferente que re-verla a mis 23 años (Casi 7 años más tarde, con una carrera, más recorrido en la industria y nuevas experiencias de vida). Y es allí al punto que quiero llegar.
B) Anime = Entretenimiento + Algo más / Trascendencia. Cuando uno ve anime lo suficiente, cuando se nutre de la industria y es capaz de tener un amplio registro de referentes se empieza a ser más crítico. Ya has visto varios clichés, sabes más sobre lineas argumentales básica, autores, directores, compositores musicales, etc. Te das cuenta que NO TODO es tan original como pensaste en un principio, y el meollo del asunto no se centra en la originalidad del trabajo, sino en cómo este logra hacerse un lugar dentro de su género de tal manera que se distinga de entre toda la montaña de material existente, sorprendiéndote por su inteligencia argumental y su impacto en tu vida.
Normalmente, a este hecho le sumas también tu propia madurez como persona. Tu yo de 15 años NO es igual a tu yo de 25, mucho menos va a ser igual a tu yo de 45 años de edad. La vida te hace más sabio, no solo porque lo normal es que tus conocimientos académicos crezcan conforme avanzas en tu educación, sino también porque las experiencias de vida van nutriendo tu forma de ver el mundo. No es sorpresa que luego de tiempo puedas ver el mismo anime que viste en tu juventud y puedas captar tal vez otros mensajes que este tenía adentro o comprender mejor el actuar de cierto personaje, todo gracias a que ya has vivido más en este mundo. Tampoco será sorpresa que historias que antes te parecían aburridas o muy fuertes empiecen a tener más sentido que el típico shounen del momento. Uno mismo empieza a cambiar, y también tus gustos, empiezas a madurar. Por ejemplo:
– Lees más [Esto es IMPORTANTE] y te nutres de cultura general [y hasta especializada sobre varios otros temas dependiendo de la formación académica que elijas]. Estudié Sociología, y por ello me apropio de la historia de acuerdo con el marco teórico que mi profesión me ha dado. Un filósofo, un artista plástico o un ingeniero tendrán diferentes acercamientos a una obra que yo.
– Ves más el comportamiento geo-político del mundo. Te das cuenta de problemas del mundo, de la sociedad en la que vives, y te formas un discurso sobre el mismo. De esta manera, empiezas a ser un ciudadano más informado y empiezas a tratar de entender la sociedad que te rodea. Esto te hace más cercano a otras preocupaciones que van más allá de cuánto me sacaré en mi examen de fin de trimestre o si Sultanito está saliendo con Menganita. La economía internacional, las guerras internacionales, la corrupción que afecta tu país, el terrorismo, etc.; todo toma un poco más de importancia [O al menos eso espero que les haya pasado, porque si no empiecen a preocuparse]
– Tienes más experiencia de vida. Y con ello empiezas a encontrar varias situaciones tan infantiles e irreales (Por ejemplo el shoujo de instituto empieza a parecer tan estúpido. Cuando uno empieza a experimentar sus propias relaciones sentimentales, a darse cuenta que todo lo que a uno le preocupaba en el colegio eran niñerías, y empiezas a tener experiencias más maduras de amor [las cosas buenas y malas] es obvio que este género luego te hará soltar un par de risas o hasta miradas de “Qué inocentes estos niños”) y también empiezas a apropiarte de la historia a partir de tus nuevos roles en la sociedad (ser ciudadano mayor de edad, profesional, jefe, padre, madre, etc.; y no solo un estudiante de instituto), mostrándote nuevos puntos de vista y abriendo tu horizonte personal.
– BUSCAS algo más que simple entretenimiento. Uno llega a una etapa de su vida en la que no quiere simplemente perder tiempo, quiere aprender algo de las cosas. Sabes que la vida es una, quieres poder aprovecharla, sacar mensajes importantes de una historia y que estos puedan trascender en ti. Si bien el ocio tonto siempre divierte y no tiene nada de malo disfrutar de este un poco, varios empezamos a buscar más que solo pasar un rato. Queremos aprender, queremos encontrar buenos mensajes que nos hagan reflexionar de nuestra humanidad, de la sociedad en la que vivimos, de los problemas que nos aquejan, encontrar historias que me ayuden a crecer como ser humano. Por lo menos eso es lo que busco en los animes que veo, que me hagan SENTIR y PENSAR. ¡Y CLARO QUE HAY VARIOS QUE CUMPLEN ESTE OBJETIVO!
¿Es que acaso con todos estos factores nuevos el anime queda excluido de nuestras vidas? NO. EL ANIME TIENE HISTORIAS QUE PUEDEN SATISFACER A LA PERSONA MÁS QUISQUILLOSA. Tiene argumentos que son retos mentales, que te proponen situaciones de vida con mensajes que pueden llegar a lo más profundo de tu alma, mensajes de cambio social, de cuestionamiento de la sociedad y de retrato de problemas reales de la vida cotidiana . El anime es asombroso por ser una industria que puede lograr proporcionar no solo entretenimiento, sino porque podemos encontrar joyas escondidas que pueden enviar mensajes trascendentales acompañados de un gran apartado técnico. Son historias que posiblemente no podrían ser contadas en otro medio que no sea la animación, y que cualquier persona debería ver. Es cierto, gran parte del material que se produce está dirigido al público juvenil (Aunque hay dentro de esto historias que también debería ser vista por público de todas las edades), pero también hay historias que requieren de gran atención y que te hacen reflexionar en varios niveles de tu vida con mensajes muy maduros.
Pues claro, pero también es obvio que me volveré más selecta y buscaré historias más de acuerdo a lo que busco en la vida de acuerdo al nivel de madurez en el que me encuentre. El anime puede proporcionarme esto, a montones. Creo que TODOS evolucionamos en nuestros gustos y empezamos a buscar nuevos productos, es el proceso de la madurez. El anime es una industria tan grande y tan diversa que es ridículo pensar que no pueda satisfacer estas nuevas necesidades. Lo puede hacer, busquen, que encontrarán siempre algo con lo cual se sorprenderán. Si abandonan al anime con un “eso es de niños, yo ya estoy muy mayor para esto”, pues nunca comprendieron en verdad a la industria y probablemente tampoco entendieron lo que vieron.
Articulo redactado por: Wanda
Fuente: entresabanasyalmohadas
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